Actividad divulgativa en la Universidad del Comahue, Carrera de Psicología (Cipolletti), de Marisa Punta (conferencia de psicopatología temprana) y Ricardo Rodulfo (seminario), con gran éxito organizativo (agradecimiento a Daniel Pérez Sucunza) y de público.
Entre el 28 y 30 de abril pasado Marisa y Ricardo Rodulfo estuvieron trabajando en Cipolletti, en la Carrera de Psicología de la Universidad del Comahue, que forma parte de la Facultad de Ciencias de la Educación. Se trataba de dictar un Seminario de 18 horas por parte de Ricardo, y una extensa conferencia dedicada a la psicopatología temprana por parte de Marisa. Esto podría parecer una noticia más en la rutina de la práctica de dos profesores universitarios. Si no lo es, y merece un comentario especial, es por la intensidad emocional e intelectual que caracterizó estas Jornadas y que emanó, por una parte de los organizadores, muy en particular el Profesor Daniel Pérez Sucunza, y por otra parte del público interviniente.
Pérez Sucunza, quien allí es profesor en el grado de Clínica Psicoanalítica de Niños y Adolescentes, cuidó de cada detalle con tal dedicación y esmero que brindó un marco que Winnicott hubiera llamado “ambiente perfecto”. El público -mayoría de psicólogos, con participación destacada de psicopedagogas, psicomotricistas, maestras especiales e incluso algunos estudiantes- se distinguió por el enorme compromiso con que sostuvo la totalidad de las Jornadas, sin declinar ante ninguna fatiga.
Al mismo tiempo, por un modo de participación generosa y activa, explicitada en tantas preguntas y en tantos comentarios y observaciones que resultaban más que estimulantes para los profesores intervinientes. No era por cierto de esos públicos, que a veces se encuentran, que parecen estar pendientes principalmente de cuándo llegará el intervalo en medio de un Seminario o que se limitan a una recepción pasiva. Esto también se reflejó en que el número de concurrentes desbordó por completo las previsiones previas, duplicando y triplicando las cifras esperadas. Vale decir, que tanto en calidad como en cantidad, la respuesta fue verdaderamente conmovedora, más aun teniendo en cuenta que se puso en evidencia a lo largo de esos días el excelente nivel promedio en la formación de los colegas, de una u otra disciplina, que parece compensar las restricciones que impone muchas veces la distancia con Buenos Aires y los efectos de aislamiento generados por un país en exceso centralista como el nuestro.
Celebramos pues el haber tenido una auténtica experiencia de aprendizaje, tanto de nuestro lado como del de la concurrencia, una experiencia que hace marca, nada posible de olvidar. Es cierto que es frecuente encontrar en el interior de nuestro país un entusiasmo que muchas veces echamos de menos en nuestra propia gran ciudad, acaso demasiado saturada de ofertas y de publicidades. Pero en este caso la intensidad tuvo culminaciones atípicas que hacen inolvidable la experiencia en tanto tal.